AERESS junto con la Alianza Residuo Cero presenta una carta abierta a la ministra Ribera

Crisis socioambiental y crisis climática van de la mano y se retroalimentan y en el entorno de la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas COP25, nadie duda de esta realidad. Es tiempo de actuar ante problemas globales y es tiempo también de apostar por soluciones que, adaptándose a la realidad local, puedan funcionar también globalmente.

Ese es el mensaje que han querido lanzar organizaciones ecologistas españolas y chilenas que, en consonancia con la organización entre ambos países de esta COP25, se han unido para proponer un marco de actuación que minimice al máximo la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) relacionada con la gestión de los residuos.

A modo de ejemplo, solo en lo referente al plástico, su producción e incineración añadiría a la atmósfera más de 850 millones de toneladas métricas (Tm) de GEI este 2019, equivalentes a las emisiones de 189 centrales eléctricas de carbón. Estos datos, procedentes de un estudio del Center for International Enviromental Law (CIEL), son solo algunos de los que han aportado en el evento »Waste should not exist, let’s make climate fit» organizado por la Fundación Basura de Chile y la Alianza Residuo Cero, conformada por las principales ONG ambientalistas del estado.

»Cada etapa del ciclo de vida de los diferentes flujos de residuos libera emisiones nocivas y contribuye al calentamiento global. La producción, uso y eliminación de plásticos podría crear 54.000 millones de Tm de emisiones acumuladas de GEI en 2050, lo que consumiría un 13% de todo el presupuesto de carbono restante de la Tierra. Para frenar la crisis climática debemos promover otras formas de producir y consumir, fomentando la prevención en el consumo, la reutilización y el reciclaje de calidad», ha detallado Macarena Guajardo, directora de la Fundación Basura.

»En España, las emisiones relacionadas con la gestión de residuos se sitúan en torno al 7%. Reciclar no es suficiente. El único modelo posible es el de una economía circular que pongan en primer lugar la reducción y conserve el valor económico de los recursos al reutilizar los materiales una y otra vez, optando por el reciclaje como último recurso y garantizando que no se acumula ningún desecho en el medio natural», ha complementado Cristina Alonso, responsable de residuos de Amigos de la Tierra, una de las entidades miembros de la Alianza Residuo Cero.

Para hacer este escenario real, las entidades han presentado una carta abierta a las ministras de Transición Ecológica y Medio Ambiente de España y Chile, Teresa Ribera y Carolina Schmidt, con cinco medidas concretas para promover la prevención, la reutilización y el reciclaje de calidad y hacer efectiva esta transición hacia una sociedad sin residuos beneficiosa para el clima.

Estos cinco puntos son los siguientes:

1. Medidas efectivas de lucha contra la obsolescencia programada, que fomenten el ecodiseño y que permita la reparación.

2. Políticas urgentes para restringir y reducir la producción y el uso de envases y productos de un solo uso (bolsas, envases, botellas, cápsulas de café, pajitas, toallitas…)

3. Implantar de manera obligatoria la recogida selectiva de la materia orgánica mediante sistemas como puerta a puerta y quinto contenedor cerrado e impulsar el compostaje descentralizado que maximiza la recuperación y fomenta los mejores niveles de calidad de compost.

4. Establecer con urgencia objetivos de reutilización ambiciosos para todo tipo de flujos de residuos – textil, RAEEs, residuos de demolición y construcción – y dentro de estos objetivos alcanzar el 70% de reutilización para los envases de bebidas en 2025 a través de la implantación de un Sistema de Depósito y Retorno.

5. Acabar con el tratamiento finalista y por tanto que ningún recurso quede sin aprovechar. Objetivo de vertido cero, incineración cero (incluyendo la gasificación y el reciclaje químico) y prohibición de las exportaciones de residuos.

El acto ha contado con la presencia de Ángela Ballester, Directora General de Coordinación Institucional de la Vicepresidencia Segunda de la Generalitat Valenciana, y Nicolas Westenek, representante de la delegación chilena de esta COP25. Ambos han coincidido en la necesidad de que las administraciones prioricen el beneficio social y ambiental ante la presión de los grandes sectores industriales.