Durante este verano en el Módulo 7 de Brians 2 se ha organizado un ciclo de actividades donde se trabajó:

  • la digitalización de fotografías, 

  • la escritura y dominio del Open Office, 

  • y la digitalización de audios con Audacity. 

Este ciclo de actividades lo hemos denominado «Un mar de familias», y ha sido organizado por los integrantes del módulo 7. 

Te explicamos el proceso y los resultados parciales de esta acción.

Un trabajo alentador

En primer lugar, queremos destacar el gran trabajo y compromiso de los organizadores que, con paciencia, entusiasmo y sobretodo mucha capacidad de adaptación, han pensado una variedad de encuentros maravillosos, con el gran valor agregado que esta vez en las actividades del módulo participarán las familias de sus integrantes.

A la vegada que los integrantes del módulo 7, también han colaborado otras personas que, movidas fundamentalmente por el contagioso entusiasmo, nos hemos sentido atrapadas, cautivas, por este mar de ideas, muchas veces alocadas, que se han pensado en el divertido proceso de planificación de esta aventura de verano.

La elección de la excusa

Se ha tomado como eje Moby Dick, novela del escritor Herman Melville publicada a mediados del siglo XIX. Esta elección ha supuesto mucha creatividad a la hora de generar una secuencia de actividades relacionadas, intentando integrar variedad de temáticas para todos los gustos, desde la lectura de algunos capítulos de la novela, hasta una visión desde la filosofía, pasando por la gastronomía y el cine, todo un desafío para sus creadores.

Los primeros resultados y el entorno cuidado

El primer encuentro, que se realizó el pasado 31 de julio, consistió en la presentación del ciclo y el desarrollo de la primera actividad. Esta consistía en una introducción a la obra y al autor, además de la lectura de algunos capítulos para un posterior debate, realizando también algunos juegos que amenizaban el encuentro.

De esta actividad iremos recogiendo variado material con objeto de realizar una memoria digital que deje una huella de todo el acontecido.

Los organizadores no han dejado ni un solo detalle al azar: la sala increíblemente decorada con peces hechos de discos y cartón, la música de fondo con el sonido de las orcas, el proyector oportuno guiando la presentación en cada momento con un Power Point que realizaron para la ocasión, atento, discreto y elocuente. Con todo este ambiente era imposible resistirse a la seductora invitación a navegar por este mar incierto.

Qué buscamos

Esta actividad, como otras muchas es una excusa, una excusa sensible, conmovedora que deja desnuda nuestra necesidad del otro, nuestra necesidad que nos toquen y nos abracen.

Moby Dick fue la excusa, la ballena era el elemento a perseguir y que Ahab obsesivamente quería cazar: ellos eran Ahab, que, cegados ya no por la obsesión destructiva de la caza, sino que fascinados por la enorme posibilidad de tener cerca algo muy suya, sus hijos, sus mujeres, y es suyo en el sentido más estricto de la palabra, con el sentido de pertenencia más profundo, no querían cazar, querían retener, querían contemplar, oler, besar, tocar.

En un momento se advirtió que el ambiente había cambiado, aunque continuábamos hablando de Moby Dick, del mar, de Ahab, pero algunos ya no estaban allí, estaban en el mar profundo de los ojos de su familia, en la mirada tranquila de quien siente que su hijo o hija esta noche duerme en paz, porque ya sabe de verdad como está su padre, ya no es la cruel imaginación que genera la prensa sobre la prisión. Hoy ya lo han entendido todo.

En este ambiente ambiguo y enrarecido, de encuentro y de amor, se puede sentir que solo con una mirada a tiempo, un abrazo esperado se rompan los clavos de nuestra cruz.

 

 

Carla Benzano

Dinamizadora CP d’Alfadigital