Emaús Fundación Social recogerá y gestionará los 65 contenedores de textil comarcales

La recogida selectiva de la fracción textil experimentará un giro que reportará un triple beneficio a los debagoiendarras. En primer lugar, un beneficio económico. Porque la fundación social Emaús se encargará de la gestión de este servicio por una cuarta parte de lo que costaba hasta ahora. Su coste anual se rebaja de 128.000 euros a 33.000.

En segundo lugar, un beneficio ambiental. Porque se amplía notablemente el abanico de productos y artículos potencialmente reutilizables y reciclables. Además de ropa y calzado usado como hasta ahora, en adelante los ciudadanos podrán asimismo depositar en el contenedor blanco enseres domésticos como juguetes cedés, libros, elementos decorativos textiles, cerámicos, de cristal, minidomésticos en buen estado… Residuos que Emaús podrá reutilizar o reciclar para su venta. Los enseres y prendas recuperables se venderán en el EkoCenter de Musakola y los desechados se destinarán a confeccionar cotones, aislantes de uso en construcción o en aeronáutica… a razón de 10 euros la tonelada.

Y en tercer lugar, un beneficio social. Porque como resaltaba el presidente de la Mancomunidad de Debagoiena, Unai Elkoro, la empresa de inserción Emaús emplea para el desempeño de estas labores a personas en situación de exclusión laboral.

Javier Pradini, responsable de esta fundación social en Gipuzkoa, detallaba que actualmente el 55 por ciento de la plantilla de Emaús en Gipuzkoa, es decir, 44 trabajadores, son personas que se encontraban en esa situación.

Esta característica de inserción social y sus 37 años de experiencia en el ámbito de la reutilización y el reciclaje convierten a Emaús en el candidato idóneo para hacerse cargo de la gestión de la fracción textil. Tras un periodo de prueba de seis meses, la mancomunidad aprobaba el pasado día 20 la adjudicación de este servicio a la Fundación Social Emaús. Su actual plantilla de siete operarios en el Alto Deba experimentará en consecuencia una ampliación «generando puestos de trabajo locales» para recoger y procesar los 65 contenedores repartidos por toda la comarca. Pradini explicó que el personal de Emaús llevará a cabo un «proceso de clasificación. Se va a separar lo que es directamente susceptible de reutilización y el resto se procesará de una manera más detenida para ver en qué se puede incidir y, si no, orientarlo hacia el reciclaje». Emaús mantiene un acuerdo de colaboración con una empresa social francesa que «aprovecha lo que nosotros consideramos rechazo, es decir, ese algodón sucio o roto que no tendría salida en venta y que ellos reutilizan para fabricar un aislante muy bueno para construcción, aeronáutica, automoción que se llama metis y que posee unas propiedades acústicas y térmicas muy interesantes».

Emaús consigue así «cerrar lo máximo posible el círculo» y en ese concepto de economía circular lo que aparentemente puedan parecer residuos, convertirlos en recursos».

En bolsas cerradas

El responsable de Emaús en Gipuzkoa puso el acento en la contribución de la ciudadanía a este esfuerzo de sostenibilidad «teniendo cuidado de que lo que se deposite en los contenedores blancos vaya empaquetado en bolsas cerradas al objeto de evitar que se mezcle con otros productos que no tienen nada que ver. Porque si no el resultado positivo que se espera se puede echar a perder debido a esos descuidos atribuibles a la falta de información».

Ese será precisamente el objetivo de la campaña que en breve va a lanzar la mancomunidad. Su responsables de gestión de residuos, el bergararra Lander Arregi anunció que dicha campaña informativa «se desarrollará con antelación a que Emaús se haga cargo de la recogida, lo que ocurrirá en el plazo aproximado de un mes».

Noticia completa