El Tercer Sector, presente y promesa

Caixa Galicia presenta el primer estudio realizado sobre las organizaciones gallegas integradas en el llamado Tercer Sector, que han experimentado un notable crecimiento y adquirido un creciente protagonismo en numerosas esferas de la vida social y política desde el último cuarto del siglo XX.

Las organizaciones gallegas integradas en el llamado Tercer Sector han experimentado, desde el último cuarto de siglo XX, un notable crecimiento con su correspondiente protagonismo en numerosas esferas de la vida política y social. Y de este modo se refleja en el estudio «Tercer Sector, presente y promesa. Un análisis de su problemática general y de su realidad en Galicia», editado por Caixa Galicia, a través de su Obra Social, bajo la firma de Victor Pérez-Díaz, catedrático de Sociología, y el profesor titular, Joaquín Pedro López Novo.

Factores como el tamaño, composición, peso económico y su incidencia en el empleo, entre otros muchos, han sido las grandes incógnitas que han llevado a la realización de numerosos estudios, como «El Tercer Sector de Acción Social en España», y las investigaciones llevadas a cabo en Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Aragón.

En este contexto, la necesidad de analizar esta realidad en el ámbito de la Comunidad gallega puso manos a la obra a Caixa Galicia, quien consideró la actuación de máximo interés para caracterizar su situación actual y los retos de futuro a los que se enfrenta.

El estudio encargado al gabinete Analistas Socio Políticos, ASP, basado en el análisis de las respuestas a cuestionarios por correo que fueron contestados por los tres tipos de entidades: asociaciones, fundaciones y entidades religiosas, pone de relieve que sólo un 2,5 por ciento declaran que sus actividades están dirigidas a los inmigrantes frente al 6 por ciento de las catalanas, mientras que el porcentaje en el conjunto español es muy similar.

En cuanto a las organizaciones enfocadas a personas con discapacidades, la cosa cambia. Los datos extraídos son muy superiores tanto a los de Cataluña (38 por ciento frente al 19%) como a los de España, donde Galicia representa el 42,1 por ciento frente al 16,1 de media. Estos datos parecen concluir que las necesidades en materia de integración de la inmigración en la región gallega, algo que estas semanas ha asomado a las primeras páginas de los medios europeos ante los problemas detectados en Francia, no parecen ser tan importantes como en otras comunidades españolas.

Localización provincial. Cerca de la mitad de las asociaciones se localizan en La Coruña, provincia a la que sigue Pontevedra con alrededor de un cuarto de las mismas. Siendo el porcentaje restante similar en cuanto a distribución entre las regiones de Orense y Lugo.

Ámbito Territorial. Esta clasificación arroja perfiles diferentes para las asociaciones y fundaciones. Respecto a las primeras, alrededor de un 25 por ciento son de ámbito municipal, otro provincial y un cuarto de ámbito autonómico. De este modo, sólo un 7 por ciento trabajan a nivel nacional o internacional. Sin embargo, en el entorno de las fundaciones un 38 por ciento desarrollan su actividad en el ámbito autonómico, seguido del comarcal (22%) y el nacional o internacional (20 por ciento).

Edad. De jóvenes se podrían tildar a la gran parte de las asociaciones y fundaciones gallegas que, en un 64 por ciento y un 72% respectivamente, datan con posteridad a 1990. Un cuarto de las asociaciones y un quinto de las fundaciones han nacido a partir del año 2000. Por el contrario, entre las organizaciones religiosas predominan las de antigua creación.

Orientación rural/urbana. Un 18% de las asociaciones, 15% de fundaciones y 3% de entidades religiosas tiene una orientación exclusiva hacia el mundo rural. Lo más significativo es que dos tercios o más de las entidades de las tres muestras no consideran determinante la dicotomía a la hora de caracterizar la orientación de sus actividades y se dirigirían indistintamente a uno y otro ámbito.

Áreas de actividad. Acción social y servicios sociales son las áreas de mayor presencia en los tres tipos de entidades. El porcentaje más numeroso de asociaciones y fundaciones de acción social son las que atienden a personas con discapacidades o que sufren enfermedades crónicas. Por contra, destaca también la baja tasa de asociaciones que se dedican a la tercera edad que parece compensada por la mayor atención que prestan a este colectivo las fundaciones y las entidades religiosas.

Asalariados y voluntarios. El empleo de trabajadores asalariados y su número es un indicador de las capacidades administrativas de las organizaciones, de su tamaño y de su grado de institucionalización, ya que, por un lado, requiere disponer de un flujo regular de ingresos y, por otro, es indicativo de la confianza en la continuidad de la organización. En el tercer sector gallego predomina el voluntariado informal de socios que colaboran ocasionalmente o con cierta regularidad en las actividades.

Recursos informáticos. El 23% de las asociaciones, 1% de fundaciones y 5% de entidades religiosas carecen de equipos informáticos. 36%, 23% y 25%, respectivamente, cuentan con un ordenador. La gran mayoría de entidades que cuentan con equipos informáticos disponen de conexión a Internet.

Cooperación entre organizaciones. El 35 por ciento de las asociaciones, el 52% de las fundaciones y el 60% de las entidades religiosas dicen que en los dos últimos años han colaborado de manera más bien constante con otras entidades afines del tercer sector gallego.

Orientación. La gran mayoría de los tres tipos de entidades dice estar orientada a la realidad sociocultural gallega y, en la medida de lo posible, a mejorarla. Tan sólo alrededor del 10% en los tres casos declaran tener una orientación hacia la transformación radical de la realidad sociocultural gallega.

Ingresos. Un 40% de las asociaciones declaran tener ingresos anuales de 6.000 euros o menos, mientras que solo un 7% de asociaciones y 11% de entidades religiosas se sitúan en esta franja de ingresos.