El aumento constante de los precios mundiales de la ropa de segunda mano está cambiando los tipos de actores que trabajan en la recolección de ropa y textil. Existe un aumento significativo de oportunistas y recolectores ilícitos de ropa, añadidos a los tradicionales actores de la economía social. Productores de ropa, minoristas, así como las autoridades locales también están buscando oportunidades en el sector.
En paralelo con el aumento exponencial de los contenedores colocados en la calle, los consumidores están ahora cuestionando la ética detrás de este negocio mundial, que históricamente ha tenido objetivos sociales y de caridad. Se cuestionan preguntas tales como "¿Quién puso ese contenedor en la calle? ¿A dónde va a parar esa ropa?"
¿No es el momento, por tanto, de preguntarnos cómo construir cadenas de suministro éticas que podrían implicar así inversiones en los países donde finalmente tienen la demanda?
Con este debate sobre la mesa, cincuienta y una personas participantes representando a 13 países, entre las que destacan 5 miembros de AERESS y la secretaría técnica, se reunieron en Bruselas el pasado 19 y 20 de noviembre en la reciente Conferencia Internacional sobre el papel de los sectores de la economía social en la gestión del residuo textil.
RREUSE, la plataforma europea de empresas sociales activas en la reutilización, reparación y el reciclaje fue el anfitrión de estas jornadas. Dicho evento fue dirigido exclusivamente a actores de la economía social para analizar la situación y plantear una serie de oportunidades donde una mayor colaboración transfronteriza entre empresas sociales activas en el sector podría ayudar a salvaguardar nuestro papel en el mercado. Además, la conferencia persiguió ofrecer algunos escenarios de soluciones potenciales para mejorar alianzas entre la economía social, el sector privado y los agentes públicos, a fin de asegurar el valor social del sector a través de puestos de trabajo locales y de beneficios para el medio ambiente.